Friday, February 27, 2009

KOLISRAEL.TV: La fiebre del oro

La fiebre del oro
de yolBI . - Thursday, 26 de February de 2009, 23:12
 La fiebre del oro

El hombre perteneciente al pueblo de Israel debe afanarse por adquirir
conocimiento de la Torá de la misma manera que otros se afanan por
adquirir riquezas; como lo dice el versículo: «Si como la plata la
buscares, y la escrudiñares como a tesoros, entonces entenderás el temor
de El Eterno y hallarás el conocimiento de Dios» (Proverbios 2:4).

El incidente siguiente sucedió realmente hace muchos años:

Se corrió el rumor de que el polvo de determinado país estaba lleno de oro
y que piedras preciosas estaban allí tiradas. Aunque el viaje era largo y
arduo, miles de personas lo emprendieron al escuchar acerca del tremendo
tesoro que sólo esperaba ser recogido. Todos se apresuraban para ser los
primeros en llegar, porque sabían que los primeros harían fortuna en muy
poco tiempo.

Si esto ocurriera actualmente, la reacción de la gente sería similar,
apresurándose para ser los primeros en reclamar lo suyo.

La misma regla se aplica al estudio de la Torá. Incluso en las secciones
que todos estudian se descubren constantemente nuevas interpretaciones.
Los Sabios comentan: «'Sus pechos calmarán tu sed en todo momento'
(Proverbios 5:19): ¿Por qué la Torá es comparada a un pecho así? Como un
infante encuentra sabor cada vez que mama, uno también encuentra [nuevos
razonamientos en la Torá cada vez que la estudia]». Realmente es infinito
el saber que aún espera ser descubierto.

Sin embargo, en la mayor parte de la Torá sería poco habitual que una
persona pensara en una interpretación que nunca haya sido anticipada por
algún estudioso anterior en todas las generaciones pasadas. Esto no es
cierto en lo que respecta a las leyes de sacrificios. Tan pocos estudiosos
se han concentrado en ese área, que es posible encontrar perlas nuevas a
cada paso.

El Zohar describe la recompensa que aguarda a quien descubra una nueva
percepción de la Torá:

Rabí Shimon inició su conferencia con el versículo:
«Y en tu boca he puesto Mis palabras» (Isaías 51:16). Comenta: «Qué
valioso es dedicarse al estudio de la Torá día y noche, porque el Santo,
Bendito Sea, escucha las voces de quienes lo hacen y por cada nueva
percepción se crea un nuevo firmamento en los Cielos. Se ha enseñado que
cuando una nueva percepción es expuesta por un ser humano, sus palabras
llegan al Santo, Bendito Sea, Quien las recoge y las besa y las adorna con
setenta coronas ornamentadas.» (Tora Or, cap. 5)

Mensaje enviado por: Departamento de difusión de Judaismo Virtual
Daniel Deshe


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