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Re: Herzl y el Sionismo - AHORA CON SUBTITULOS EN ESPAÑOL - de Shofar.Net de Raúl-Alfredo Abud - Sunday, 29 de April de 2007, 10:33 | |
Carmiel, Domingo 29 de Abril de 2007. Quisiera hacer algunas reflexiones con respecto al tema del Estado de Israel, el Pueblo de Israel, Judaísmo, Sionismo y Redención. En primer lugar, creo que la Redención solamente es posible en la búsqueda de la Verdad. La verdad conlleva un problema en sí misma, ya que cuando miro la realidad, no puedo desprenderme de mi mirada, y la incluyo necesariamente en aquello que estoy mirando; razón por la cual, todos y cada uno tenemos nuestra verdad, que es aproximada a la Verdad, pero que de ninguna manera es la Verdad; no seamos omnipotentes creyendo que nuestra verdad es la Verdad. En segundo lugar, creo que el Estado de Israel no es un estado judío; es un estado laico, con un 22 % de sus habitantes perteneciente al judaísmo, en cualquiera de sus fuentes. En tercer lugar, el sionismo responde a circunstancias históricas, sociales, económicas únicas, y como tales, es producto de una determinada época. En cuarto lugar, la exclusión que hace el sionismo de determinados sectores del Pueblo de Israel es responsabilidad de esos sectores, que no pudieron abandonar la egolatría y el culto a la persona y destacar como sus representantes legítimos a líderes espirituales que se trasciendan a sí mismos. Si el sionismo optó por nutrirse de fuentes no judías, la responsabilidad es enteramente de aquellos sectores imbuídos en el judaísmo que no lo supieron nutrir. En quinto lugar, la santificación que hacemos en la plegaria del «Escucha Israel, Dios es Único» establece que todos los seres humanos somos Sus hijos, como tales, iguales a Sus ojos; por lo tanto, cualquier discriminación que los judíos hagamos entre nuestros hermanos, los seres humanos, constituiría una abdicación de Su Nombre. En sexto lugar, la Palabra dice que consagrados somos todos; pensar que alguien es más consagrado y por ello tiene derecho a criticar las actitudes, acciones o pensamientos del prójimo, viola expresamente el sentir del amor al prójimo como a uno mismo, no más que a uno mismo, no menos que a uno mismo. La expresión en hebreo es más rica aún, porque significa querer para el prójimo lo que uno mismo quiere para sí. Por último, en séptimo lugar, quisiera referirme a un erudito español que expresó que quien hace uso de la maledicencia, no solamente daña a la persona de quien habla, sino que también se daña a sí mismo. Acostumbrados a periodistas que por mirar lo que hacen los otros se olvidan de reflexionar, de reflejar sus corazones en sus propios espejos, aquellos que produjeron el vídeo en cuestión, se disfrazaron de devotos religiosos para hacer maledicencia tendenciosa, y cayeron en un periodismo de poca monta, bajo, ruin; porque lo que duele verdaderamente no es la verdad que muestran (y que poco o nada tiene que ver con la Verdad), sino que revisar nuestros pasados no nos sirve sino lo corregimos lo que anida en nuestros corazones. Por eso, la Redención en el Estado de Israel es posible con una mayor participación al 22 % del Pueblo de Israel, participación en su Ejército de Defensa de Israel cuyos soldados permiten que yo escriba esto aquí, y usted lo lea dondequiera que esté; participación en la Knésset para que los representantes sean los de un estado judío, y no de uno laico como hasta ahora; y participación labrando la Tierra de Israel con las propias manos y no a través de terceros como hasta ahora, ya que las primicias, las cosechas, las peregrinaciones son ineludibles referencias a nuestro asentamiento como pueblo agrícola en una tierra que nos pertenece por derecho propio. Las tres condiciones éstas: el Ejército, la elección de nuestros representantes, y la labor de la tierra, son condiciones últimas e ineludibles de todo aquel que practique la fe judía y pertenezca al Pueblo de Israel. Si cumplís una de ellas, pero no, las otras, estás del otro lado de la frontera. Y del otro lado, ni siquiera tenés derecho a opinar sobre lo que pasa dentro del Estado de Israel, seas sionista, o no lo seas. |
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