Por centurias. Safed o Tzfat en hebreo, ha sido visitada por místicos que buscan la luz de la Cabalá, y por artistas que encuentran en esa bella ciudad, ubicada sobre colinas al norte de Israel, la fuente de inspiración para sus obras. Uno de los tantos atractivos del jugar es una fábrica de velas que tiene la particularidad de usar solo cera de abeja, por medio de la técnica de inmersión a mano. La iniciativa partió de un rabino llamado Moshé, a quien le molestaba de sobremanera el olor que desprendían las velas de parafina. Cuando un amigo le regaló un panal de abeja, empezó a ingeniárselas para elaborar velas de modo artesanal. Primero para Shabat, luego para Janucá. Yizeor y Havdalá. Hoy varios artesanos lo acompañan en la tarea y ya han alcanzado el millón de velas hechas a mano y exportadas[a varios países. Las velas de. cera de abeja son las más apreciadas, desprenden un suave aroma a miel y su llama, que arde lentamente, es más pura y transparente que todas las demás. Una hermosa manera de contribuir a embellecer el cumplimiento de un precepto, haciendo que en una sola llama se combinen la luz física y espiritual |
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