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La receta de Deborah Starkloff - Monday, 5 de November de 2007, 00:14

BS"D La receta Cuento... Un judío muy pobre quiso degustar el sabor de los blintzes (panqueque de queso), llegó a su casa y le pidió a su mujer que le cocinara uno. La mujer le dijo que le haría un blintze con lo que tenía en casa. -Muy bien. Dijo el hombre y esperó. La mujer cocinó un blintze sin huevo, sin azúcar, sin leche y por supuesto, sin queso y se lo sirvió. El esposo probó el "manjar" hecho de harina y agua. –Esto es lo que comen los ricos? Se disgustó. -Realmente los blintzes no tienen gusto a nada! -Quiero fotografiar el paisaje, pero encenderé la cámara con el botón que a mi me parece... -Voy a cambiar los pañales de mi bebé después de vestirlo... -Diré unas palabras y esperaré que salga vino de la canilla de la cocina... -Atenderé a mis pacientes y luego estudiaré medicina... -Sembraré pochoclo y cosecharé algodón... y construiré un lindo automóvil... Esta lista absurda puede seguir hasta el infinito. Todos estos pensamientos, son tontos y concluyen en frustración y dolor. Así como Di-s puso leyes en el mundo material, el agua moja, el viento sopla, el frío enfría, el azúcar endulza, etc., también, el mundo espiritual que nos sostiene, se mueve con leyes. Si nos atenemos a ellas podemos crecer, cumplir objetivos, avanzar, sentir plenitud y complitud; pero si, (Di-s no lo permita), las desconocemos y actuamos movidos y guiados por nuestra ignorancia o por nuestra necedad, los resultados pueden rozar lo trágico y generar una vida muy desgraciada. El estudio de Torá y el cumplimiento de sus Mitzvot (Preceptos) son el conocimiento y la manifestación de esas leyes que nos permiten hacer de nuestro pasaje por este mundo algo valioso, algo real, algo verdadero y algo eterno. Así como a nadie (en su sano juicio) se le ocurre salir a la calle por el balcón, para hacer más rápido, así, de idéntica manera, debería comprenderse que en las decisiones cotidianas tampoco podemos salir por el balcón ni por ningún atajo espiritual. Porque en el mundo espiritual que nos vitaliza, pesan estas otras leyes que Di-s instaló y que sólo son captables de manera supra-racional. Algo maravilloso sucede, cumpliendo esas leyes, el judío puede cambiar la realidad material. El acceso a ese poder, es a través del estudio y el cumplimiento de Torá y Mitzvot. (Como Di-s manda) Esta Torá, nuestra Torá, la única, la Torá dada al pueblo judío en Har Sinai, no está en el cielo. Nuestros sabios son los encargados de enseñar y transmitir la Voluntad de Di-s. Ser un sabio es algo que no se compra, ni se consigue leyendo algunos folletos, o libros místicos, ni es alguien que dice una cosa y hace otra. Ser un sabio de Torá, alguien capacitado para transmitir la Verdad de Di-s, es un arduo trabajo de estudio, temor reverencial, amor infinito al Todopoderoso y a Su Creación, más refinamiento, más autoanulación, más humildad, más etc. Si de verdad queremos acercarnos a la sabiduría de la Torá, hay que "bajarse del caballo", hay que saber que Di-s se aleja del orgulloso y lo deja sólo con su impotente "yo puedo", "yo se". Claro que puedes meditar en un montón de cosas santas, pero debes comer casher. Claro que puedes hacer Shabat, pero no puedes viajar para llegar a la sinagoga. Claro que puedes decir bendiciones, pero debes cubrirte la cabeza. Claro que puedes participar (si eres mujer), en el "mundo de la Torá", estudia y cumple con las leyes de Pureza familiar. Claro que podemos, pero hay reglas, hay leyes, hay pasos. Hay una receta magistral, con ingredientes frescos sin saborizantes y preparada para que nuestra vida, sea VIDA con mayúsculas. Si quieres cumplir todo, pero no crees en alguno de los pilares de la Torá, entonces no crees en nada. Crees en algo que has inventado tú, no es la Verdad de la Torá. Puede ser muy bonito, muy moderno, muy fashion, pero es una mentira. Todos los judíos deberíamos aguardar la Redención como se aguarda el nacimiento de un primer hijo luego de 40 años de matrimonio. Deberíamos rezar y llorar porque Di-s se apiade y nos saque de esta oscuridad. Todos los judíos deberíamos rezar y llorar por volver a nuestra casa, a la casa de Di-s en Ierushalaim, como un cautivo que se desgarra por volver a su hogar. Todos los judíos deberíamos saber que Di-s controla absolutamente toda la realidad, la que percibimos con los sentidos y la otra. El Eterno puede, si así lo desea, cambiar las leyes que Él mismo creó y Él puede destruir cualquier "potencia" en cuanto esa sea Su Voluntad. Di-s puede crear o hacer desaparecer cualquier realidad con sólo desearlo, así, como alguien que prende o apaga un proyector y genera o hace que deje de existir inmediatamente la imagen que parecía tan real. Di-s nos prometió reconstruir Su Templo Santo en su lugar, a través de su justo Mashiaj, (este es uno de los pilares descriptos por Maimónides, sobre él sea la paz). Que así sea, pronto en nuestros días. Amén. Para todos los buscadores y hacedores de la Verdad Éxitos! Patriicia (Déborah) Starkloff Responder Ver el mensaje en su contexto

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