KOLISRAEL.TV: obstinación judía
 | obstinación judía |
Shalóm, javerím! Entre un millar de lindezas que me vengo encontrando cada día en los libros de Isaac Bashevis Singer, hay algo que he leído esta tarde y no puedo dejar de transcribir. Creo no haber leído mejor descripción de lo que uno (judío o no judío) siente cuando, un día, inexplicablemente, se topa con el (su) judaísmo y, sin dar él mismo crédito, sin que haya razones y aun cuado las razones –tan flacas, siempre– desaparezcan, da igual que haya sido uno por treinta años escéptico o ateo, no puede nunca más despegarse de ahí. Y no puede explicárselo, y sabe que no tiene nada que ver siquiera con la fe ni con la voluntad, con deseo alguno ni con racionalidad. Merecería la pena copiar los párrafos adyacentes al que cito, pero va éste, meramente porque apunta a la que acaso sea la clave de todo ese viaje que nace y muere en uno: la obstinación. Acá, el personaje de Patricia, esposa no judía de un joven judío que ha recibido una educación laica y que jamás se ha planteado su propia condición de judío, descubre el judaísmo por sí misma, recabando información de conocidos, parientes del marido, vecinos y amigos:
"(…) Si en la universidad había sido capaz de estudiar matemáticas, física química, historia del arte, no había razón para que no se instruyera en la religión judía. Al poco tiempo Patricia estaba mejor informada que Jack, más que Lea, más que sus vecinas judías. Hablaba con todo conocimiento de la Biblia, de la Mishná, del Talmud. Lea escribió a Grein una larga carta donde comentaba lo satisfecho que podía sentirse de su nuera. Patricia se proponía ir a ver a su suegro y charlar con él largo y tendido, pero antes quería armarse de conocimientos sobre el judaísmo. Entretanto, ella misma no conseguía explicarse lo que le ocurría. ¿Se había vuelto repentinamente religiosa, o sólo se trataba de obstinación? ¿Lo hacía acaso por el niño? Algo la impulsaba a realizar aquellos actos, mas no sabía lo que era. Incluso se despertaba en plena noche y se dedicaba a repetir mentalmente las leyes judías." (Isaac Bashevis Singer, Sombras sobre el Hudson, Barcelona, Ediciones B, 2005, pp. 681-682.)
Y, más adelante, por medio del personaje de Grein:
"(...) En su debate interno por saldar cuentas con el judaísmo, había olvidado el valor, la terquedad, la orgullosa obstinación de los judíos. Una persona como ese rabino estaría dispuesta a entregar la vida por la más pequeña de las enseñanzas de rabí Moshe Isserles." (Isaac Bashevis Singer, Sombras sobre el Hudson, Barcelona, Ediciones B, 2005, p. 700.)
Para todos, Shabát Shalóm. P.S.: Sigo sin saber si estoy respondiendo a algo ni si es éste el lugar. Si no es, Daniel, por favor, me lo pasas a otro lugar. |
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